"Soy un perseguido político" dijo el padre Ernesto Cardenal en 2008 cuando el gobierno de Ortega lo acusó por injurias
CENIDH defendió al padre Cardenal en ese turbio proceso
El padre y poeta Ernesto Cardenal viajó a Paraguay con motivo de la toma de posesión del presidente Fernando Lugo. Al acto estaba prevista la asistencia de Daniel Ortega, la cual fue cancelada a último momento, hecho que coincidió con el anuncio de grupos feministas paraguayos que protestarían por la presencia de Ortega. A esa campaña de rechazo se unió la Ministra de la Familia del gobierno de Lugo.
En esa oportunidad, Cardenal vertió declaraciones públicas criticando al gobierno de Ortega. Al poco tiempo de su regreso a Nicaragua el juez David Rojas, de tendencia sandinista y exmiembro de la Seguridad del Estado, encontró culpable al padre Cardenal por injurias cometidas contra el ciudadano alemán y empresario hotelero, Inmanuel Zerger y su esposa Nubia Arcia, por el delito de injurias. una causa de la que había sido exonerado en el año 2005.
Cardenal fue condenado al pago de una multa de 20 mil córdobas. Luego, el juez Rojas, se separó del caso, debido a que había sido el Notario ante el cual Zerger otorgó el poder para acusar a Cardenal. razón por la cual fue sustituido por el juez Ronaldo Morán.
Cardenal denunció el hecho ante el CENIDH y se interpuso un recurso de Exhibición Personal ante el Tribunal de Apelaciones de Managua, bajo el argumento de que el juez Rojas dictó sentencia 31 meses después, de que se radicaron las diligencias de apelación y por tal razón la causa había caducado.
De igual manera, el CENIDH preparó y envió a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos una solicitud de medidas cautelares a favor del padre Cardenal, quien se negó a cumplir la condena por considerarla ilegal, razón por la cual el juez Morán mandó a congelar sus cuentas bancarias.
El recurso interpuesto por el CENIDH el 1 de septiembre del 2008, ante la Sala Penal Número Dos del Tribunal de Apelaciones de Managua, fue resuelto en tres días, denegando la exhibición personal, argumentando que no se daba lugar al recurso de exhibición, porque se trataba de una resolución judicial y contra estas no procede amparo.
Para el CENIDH no cabe duda que se trató de una represalia por la posición crítica hacia el gobierno, que asumió el padre Cardenal, una postura que mantuvo hasta sus últimos días.
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