Un día más de represión, un día más de angustia para toda la población. Un día más de riesgo inminente para Monseñor Rolando Álvarez y personas que le acompañan en la curia episcopal, un día más de peligro a perder la vida, la seguridad, la libertad e integridad personal.
El régimen quiere trasladar su propia descomposición mental a toda la gente. La represión está envuelta en una serie de informaciones lanzadas a la opinión pública, desmentidas, vueltas a repetir que prácticamente están causando una conmoción a nivel general de la población, un estado de zozobra e histeria colectiva. No podemos denunciar hechos concretos, pero tenemos la certeza de que se están impulsando acciones perversas y concretas en contra de Monseñor Álvarez y demás secuestrados.
Denunciamos al mundo estos crímenes, denunciamos ante el mundo a Daniel Ortega y Rosario Murillo. ¿Qué más se puede hacer Nicaragua?… no podemos seguir esperando la próxima información, esperando que alguien la desmienta, ya sea por miedo o cumpliendo órdenes. Generar noticias falsas pareciera ser la nueva arma de destrucción mental del régimen. Esto ya no puede seguir… es TORTURA y aunque los secuestrados tengan tranquilidad en su alma, certeza de su inocencia y compromiso cristiano, ESTÁN EN PELIGRO.
¡Que cese la represión! ¡Que cese la represión! Como en un momento de grave riesgo para el pueblo salvadoreño lo ordenó Monseñor Óscar Arnulfo Romero, el santo de América ¡Que cese la represión! ¡Que cese la represión!