El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH), felicita a las mujeres nicaragüenses en el marco del “Día Internacional de la Mujer” y nos unimos al llamado del Movimiento Amplio de Mujeres a “seguir en rebeldía” para exigir el respeto sus derechos humanos y participación sustantiva en la toma de decisiones.
Desde el quehacer cotidiano, el CENIDH acompaña a mujeres que son víctimas de violencia intrafamiliar y sexual, femicidios, mujeres privadas de libertad, muchas veces reprimidas; otras que tienen una orden de liberación pero que no son acatadas por las autoridades, mujeres que demandan pensiones alimenticias para sus hijos, pero que los hombres siempre encuentran la forma de desconocer sus responsabilidades, mujeres que han muerto por malas prácticas médicas o producto de un aborto, muchas de estas ni siquiera son parte de las estadísticas oficiales y quedan en la impunidad.
Esta realidad plantea lo mucho que tenemos que hacer. Y aunque reconocemos que hay avances, tenemos que afirmar que no son casuales, ni concesiones graciosas de ningún gobierno, sino que son producto de la lucha constante y sistemática de las mujeres mismas desde siempre, por eso no es justo presentarla sólo como víctima de una sociedad injusta sino a la mujer protagonista de las luchas sociales y políticas para transformar y lograr la vigencia de sus derechos humanos.
Este 8 de marzo, el CENIDH demanda al Estado de Nicaragua:
1) Ratificar el Protocolo Facultativo de la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación con la mujer (CEDAW)
2) Cumplir efectivamente en la prevención y sanción de la violencia en contra de las mujeres, venga de donde venga.
3) Que las mujeres en cargos públicos, tengan una participación sustantiva, es decir, que las mujeres tengan y ejerzan sus cargos de forma real.
4) Que las estadísticas oficiales no sean maquilladas para que puedan reflejar la verdadera situación que viven las mujeres.
5) Que se respete la institucionalidad del país, no más corrupción, porque las mujeres tienen derecho a vivir en un país donde las oportunidades de desarrollo estén al alcance de todas y no sean un privilegio de personas afines a quienes ostentan el poder.