En la tarde día miércoles 4 de junio, tuvo lugar en la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal en México, un encuentro de la caravana de migrantes con los cónsules centroamericanos.
La caravana de migrantes está compuesta por unas 60 personas que salieron de Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala. El grupo tiene por objeto, crear conciencia de los riesgos que sufren cotidianamente los migrantes en su tránsito por el país azteca y de esta manera, pretenden que se mejoren las condiciones que enfrentan en sus lugares de origen para no verse obligados a salir de su país en búsqueda del sustento y sobrevivencia para ellos y sus familias.
Los migrantes narraron en el encuentro, que además de las vicisitudes propias de emprender el viaje, su situación se ve agravada por la presencia del crimen organizado a lo largo del camino, ya que son víctimas de extorciones, secuestros, violaciones y hasta ejecuciones. Por esta razón, también demandan a las autoridades mexicanas la adopción de medidas para evitar estas violaciones a sus derechos humanos.
La caravana de migrantes ha recibido el respaldo de varias organizaciones de la sociedad civil en México, entre ellos el destacado defensor de los derechos humanos de las personas migrantes, el Sacerdote Alejandro Solalinde, quien es coordinador de la Pastoral de Movilidad Humana Pacífico Sur del Episcopado Mexicano y director del albergue Hermanos en el Camino que proporciona asistencia humanitaria e integral, además de informar sobre sus derechos a los/as migrantes de Centro y Sudamérica, en su paso a Estados Unidos.
Una acción que se impulsó en respaldo a la caravana de migrantes fue un encuentro con los cónsules de Centroamérica, al cual había confirmado su asistencia la cónsul nicaragüense María Eugenia Baltodano Monrroy, pero finalmente no asistió.
El CENIDH condena la indiferencia de las autoridades nicaragüenses ante la difícil situación que enfrentan los migrantes centroamericanos en territorio mexicano. La ausencia de las autoridades nicaragüense en el encuentro no sólo es una muestra de insensibilidad, sino un incumplimiento en su deber.
La Convención de Viena sobre Relaciones Consulares de 1963 le confiere la facultad de interceder ante autoridades del país donde se encuentre acreditada para velar por los derechos de sus connacionales. En igual sentido, la Corte Interamericana de Derechos Humanos estableció en la Opinión Consultiva 16/99 el derecho humano a la asistencia consular que tienen las personas migrantes.
En consecuencia, demandamos al Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua adopte informe de esta situación y tome las medidas pertinentes a fin de garantizar el derecho a la asistencia consular de los migrantes nicaragüenses.
Managua, 5 de junio del 2014